View Colofon
Original text "Ik wil geen hond zijn" written in NL by Alma Mathijsen,
Other translations
Published in edition #2 2019-2023

No quiero ser un perro

Translated from NL to ES by Daniela Martín Hidalgo
Written in NL by Alma Mathijsen

ACABAR CON EL MAL DE AMORES, tecleo. Esto tiene que terminar ahora. Veo historias de gente, no quiero historias, quiero soluciones, no compasión. TRANSFORMACIÓN, tecleo. Google dice que se da transformación en las matemáticas y en la genética. Elijo la segunda y hago de ella mi primera elección. Estoy cansada de este cuerpo que ha besado demasiada gente, que quizá esté dañado —me he conducido de manera temeraria, demasiado ocasional; tiene que desaparecer, ser distinto y mejor. Transformación genética. Una cura detox con zumos resplandece en la pantalla. «Transfórmate en una nueva versión de ti misma». Un tarro lleno de zumo de naranja, tan ácido que casi parece químico. Junto a él unas zanahorias, algunas manzanas rojas y unos pocos arándanos que intentan escapar. Cliqueo sin dudar, 148 euros por tres días. Es muy poco. Quiero gastar más. Quiero borrarlo todo, preferiblemente también mi dinero.

En una web puedo modelar mi rostro ideal: me estiro los lagrimales, me agrando las orejas y me hincho las mejillas; no ayuda. Me sigo viendo como una mujer que quiere desaparecer. Pensé que asemejarme a cómo me siento ayudaría. Nada ayuda y, como nada ayuda, golpeo el ordenador. Oigo temblar las teclas bajo mis dedos, aprieto los puños y golpeo, el portátil oscila bajo mis manos, resuella cada vez más fuerte con cada puñetazo, aprieto los ojos y golpeo aún más fuerte, me dan ganas de arrancar la pantalla. Un estruendo tan penetrante que me tapo los oídos. Abro los ojos con cuidado. Un perro me mira fijamente. Sus ojos son grandes y acuosos, se lame una pata y luego vuelve a mirarme fijamente.

—No tengas miedo —me dice.

No tengo miedo.

—Cliquea aquí —dice el perro.

Muevo el cursor a la derecha hasta un sobre cerca de su pata y cliqueo. El perro ladra entusiasmado y después desaparece.

Le ofrecemos una salida
A todos aquellos que ya no pueden más
A todos aquellos con el corazón partido
A todos aquellos que están rotos
¿Se siente abandonado?
¿Está su corazón lejos?
¿En un lugar al que usted no puede ya acceder?
¿Su cuerpo no es más que una carcasa que le hace recordar tiempos mejores?
¿Es usted como tantos otros que buscan?
No espere más
y comience hoy mismo a transformarse.

La voz se extingue. No me gusta que las webs me hablen, pero en esta ocasión la he escuchado entera. Tecleo mi dirección para el primer envío, que es gratuito. Pídalo hoy, recíbalo mañana. Quiero todo distinto y, a ser posible, con mucho peligro.


Mi generación no abre la puerta si llaman al timbre y no se espera a nadie. Voy eliminando mentalmente las posibilidades. Estoy un millón por ciento segura de que ninguno de mis amigos vendría sin avisar, nunca nos perdonaríamos algo así. Con estímulos de carne y hueso que se nos meten en casa es fácil que se cuele a la vez un ataque de pánico. Excepto. Hay una excepción. Excepto que seas tú. Ha pasado ya tanto tiempo que tienes que venir con enormes aspavientos. Llamar al timbre podría ser un enorme aspaviento. A no ser que sea una tía. Alguien que no esté muy preocupado, pero a quien le guste que las cosas no me vayan bien del todo. Entonces podrá por fin acogerme bajo sus alas. Pero eso es lo último que me apetece. Estás dañada, para bien o para mal. Me deslizo con suavidad hasta la puerta de la entrada porque tengo un telefonillo con cámara, soy suficientemente pija para tenerlo. Puedo espiar sin que se den cuenta. Sin hacer ruido, descuelgo el auricular. La pantalla parpadea. Hay una chica con un uniforme gris pardo y una gorra.

—¿Oiga?.

Aguanto la respiración. ¿Podrá verme? Juraría que la cámara es de una sola dirección. Solo yo puedo ver lo que hace, no al contrario.

—Tengo un paquete para usted.

Hundo un poco los hombros. Un paquete no es una visita. Un paquete puede ser un aspaviento. Presiono el botón azul.

Abro la puerta. La chica tiene una cara simpática, con los ojos del mismo color que el uniforme, hoyuelos a ambos lados de la boca. Es demasiado joven para decir que es una mujer, no le calculo más de diecinueve. Aunque debo admitir que soy una calamidad calculando edades.

—¿Le parece bien que entre un momentito y le explique algunas cosillas? —Se abalanza sobre mí. —Me llamo Nico. Me tiende la mano; incómoda, la sacudo con la mía—. A mis padres no les gustan las convenciones.

El bolso en bandolera se le bambolea pesado. Una cosa de nailon negro que le roza el culo a cada paso. Saca un archivador y una tableta y los sostiene en el aire.

—Nos encanta trabajar dos veces —dice riéndose, y los hoyuelos se le convierten en largas líneas que le atraviesan las mejillas. Ahora que se ha cerrado la puerta, percibo su olor: huele a animales, tiene el pantalón lleno de pelos.

—¿Quiere sentarse? —le pregunto de manera mecánica. Hace tiempo que ya no tengo café, pero podría ofrecerle agua o whisky.

—Prefiero quedarme de pie —dice mientras apoya una nalga en la mesa.

—Siempre empezamos con unas cuantas transformaciones que han llegado a buen puerto.
Me enseña la foto de un golden retriever en brazos de una mujer. La mujer ríe casi extasiada. Nico desliza los dedos desde la derecha de la pantalla. Otra foto de otro dúo. Un hombre de bigote y un jack russell. También parecen felices a más no poder.

—Empecemos por el principio.

Saca unos papeles de la carpeta.

—Soy bastante caótica, pero no se lo diga a mi jefe. Tengo que tomarle la presión sanguínea. ¿Qué edad me dijo que tenía?

Empiezo a preguntarme si se ha equivocado de dirección.

—Oh, aquí lo veo. Treinta y cuatro; bueno, en principio no es necesario extraerle sangre. Sería mejor, porque así podríamos hacer previsiones sobre su transformación. Pero puedo equivocarme.

Ya que la chica no se sienta, me siento yo; sus palabras me marean.

—Bien, ¿le parece que le tomemos la presión sanguínea? No me gusta nada, no me gusta tocar a otras personas para nada. Es que la piel puede ser tan delicada que no me gusta. Usted no es tan mayor, diría que es más bien joven. Perdone, seguro que saldrá bien. Si prefiere que le dé toda la explicación primero, también puedo hacerlo, ¿eh? Lo suyo es explicárselo primero. Pero vuelvo a hablar de más, es que según mi jefe hablo demasiado. Anyway, se lo explico todo primero.

Nico se aparta unos mechones de la cara y saca una cajita del bolso.

—¿Sabe ya cuándo quiere empezar?

En mi mirada ha debido de percibir que no tengo ni idea.

—No pasa nada, puede empezar cuando usted desee. Solo debo advertirle que no puede comer nada el día anterior. Me parece molestísimo, pero bueno, no soy yo quien va a transformarse. Con el estómago vacío empieza usted el día siguiente tomando la primera pastilla y después se toma este sobre de polvitos. ¿Tiene grifo de agua con gas? Tiene un sabor asqueroso, así que algunas personas prefieren una inyección. Yo tampoco sé. Yo me lo bebería de un trago, pero es que soy así. Algunas personas puede abrir la garganta para tragar más fácilmente. ¿Sabe usted hacerlo? Si yo supiera, lo haría”.

Su voz se pierde de fondo. Miro la cajita de pastillas, cinco pastillas transparentes, cápsulas con un líquido amarillo dentro.

—¿Qué pasa si me tomo la primera pastilla?

—No mucho, el primer ciclo es sobre todo para subirle los valores. Vitaminas, antioxidantes, ese tipo de cosas. En la segunda fase empezamos con la reducción y en la tercera lo que hacemos es romper lo que hemos ido construyendo antes. Se pondrá muy enferma, esta ya lo habrá leído, supongo, pero estoy obligada a volvérselo a recordar. Hago de consultora obediente ahora.

Aprieta los labios y yergue los hombros. Apenas he leído nada.

—No me dejan ya compararlo con la quimio, pero se acerca. Colapso del sistema inmunitario, se hincha todo, las venas se llenan de veneno, amarillo químico, todo eso es lo que pasa con nosotros; tenemos unos sillones muy cómodos, a veces yo misma voy a sentarme en horas de oficina. Anyway, después empieza la fiesta de verdad; cuando se sienta cansadísima, justo antes, tiene aún un momento en que puede arrepentirse, entonces se puede aún revertir el proceso. Después, ya está.

Desliza hacia mí un papel sobre la mesa .

—Firme aquí si es tan amable.

He sido debidamente informada de los riesgos.

Es todo lo que necesito ver. Cuantos más riesgos, mejor. Con grandes letras rizadas firmo bajo la fecha.

Sick —dice Nico—. Ahora ya sí.

Me da la mano.

—El primer envío es gratuito. El siguiente se lo traigo dentro de cinco días. Los costes se le adeudan automáticamente, para eso ha firmado. En la tercera fase aún puede echarse atrás, debo recordárselo.

Y tan pronto como llegó, se marcha.

Cierro la puerta tras ella y siento la presencia de las pastillas, los polvos y el folleto en mi casa. Me precipito sobre ello.


Como tantos otros, usted desea convertirse en un perro. La vida de un perro es alegre y está llena de sorpresas. Ya no se lamentará de lo predecible de sus días, sino que le complacerá. Los perros perciben el mundo de otro modo, sobre todo reciben amor de sus dueños y de eso es precisamente de lo que se trata. Estamos aquí para todos aquellos a quienes la sociedad desprecia, los desamparados, aquellos que han sido abandonados, parejas que quieren perseverar en una relación. Aquellos aún enamorados del que se ha marchado. Personas que no ven el mal de amores como una última estación. Porque no es necesario. Lo conducimos a través de un proceso de transición; en cada nueva fase estará guiado por especialistas. Nadie tiene por qué aceptar que el mal de amores sea un hecho. Finalmente lo reuniremos con su ser amado. En tanto que perro podrá usted estar con su pareja de manera ilimitada: aúlle reclamando atención, frótese contra sus piernas, escapen juntos al campo. Se convertirá en el compañero fiel de su amado. Inseparable ya para siempre de su amor. Porque su deseo es nuestro objetivo.


En una foto, una mujer estrecha a un golden retriever; intento distinguir algo en los ojos del perro. Posa las patas en el cuello de la mujer y resuella entre sus cabellos. Sigo hojeando el folleto, las letras se vuelven cada vez más pequeñas.


Fusión

Casi un 98 % de nuestros clientes que culminan de manera exitosa la transición se reúne finalmente con su ser amado. Por ello le pedimos paciencia por su parte, puesto que no todos los seres amados buscan un perro o tienen en absoluto deseo de poseerlo. Muchas veces usted conoce este particular mejor que nadie. Trabajamos con discreción. Si hay que inyectar un suero para fortalecer ese deseo, el proceso se hará más largo. En ocasiones puede durar meses (en algunos casos, años); sea consciente de ello. Puede que su amado sea un hueso duro de roer, pero, por suerte el amor, no es un sentimiento que se extinga con rapidez.

More by Daniela Martín Hidalgo

En casa

El molino, el camino al río, el pozo, los caballos, las vacas y el trigo. Los cubos resquebrajados llenos de tomates rojos de sangre, tarros apretados con encurtidos para el invierno. La corriente estrecha del río Séverski Donéts, que engarza todos los campos, aprieta Rusia contra Ucrania, mantiene junto el mapa, como mi bisabuelo Nikolái cosiendo abrigos con hilo y aguja. El viento en los lienzos del molino, las chicas del komsomol en la plaza principal del pueblo. Bailan. Se toman del brazo unas a otras, se mantienen en equilibro al oscilar con el cuerpo hacia los lados y apoyarse con fuerza...
Translated from NL to ES by Daniela Martín Hidalgo
Written in NL by Lisa Weeda

Pez plano

Floto con la cara en el agua y me mantengo tranquila. Sin prestarle atención a nada, sin poner energía en nada. Solo mantenerse flotando. Respirar lenta, muy lentamente. Burbujitas que me cosquillean en las mejillas al subir y estallar. En el último momento, mi cuerpo se sacudirá, el vientre se me contraerá para obligar a mi boca a abrirse y en ese momento sacaré la cabeza del agua con decisión y calma y tomaré una profunda bocanada de aire. —¡72 segundos! —gritará nadie. Es esta una destreza que no te lleva a ninguna parte en la vida. A lo sumo, más cerca de ti misma. Estoy sentada en ...
Translated from NL to ES by Daniela Martín Hidalgo
Written in NL by Nikki Dekker

La evolución de una muela

47 noches aún El higienista dental me saca el gancho de la boca. —¿Ves? —pregunta casi orgulloso. En el gancho hay una capa de saliva grisácea. —Sale de la bolsa. Una palabra extraña para un hueco entre la encía y la última muela. Una bolsa suena grande, como algo en lo que guardas las llaves, puede que incluso gel hidroalcohólico o un teléfono. Todo lo que hay en mi bolsa son restos de comida triturada de hace meses. No mucho después se nos une el dentista. Me señala la mandíbula en la pantalla del ordenador. La muela del juicio inferior derecha está tumbada, sus raíces apuntan hacia ...
Translated from NL to ES by Daniela Martín Hidalgo
Written in NL by Alma Mathijsen

Cal

Mira, las manchas de cal de la alcachofa de la ducha tardan un tiempo en salir. Ahora que cuelgo aquí con la manguera de la ducha alrededor del cuello, mitad en el pasillo y mitad sobre la escalera, pienso: si todos mis colegas hubieran visto el baño, lo hubieran sabido. Si todos hubieran subido una vez, como Emma aquella tarde, habrían contemplado la alcachofa, abierto y cerrado el grifo, mirado los cristales manchados de cal de la mampara, visto los pelos de la barba de tres días, afeitada con prisa, caídos sobre el lavabo, y sabido: este tío está totalmente por los suelos, debemos salvarlo....
Translated from NL to ES by Daniela Martín Hidalgo
Written in NL by Lisa Weeda

Preparar un cuerpo

Hay mundos enteros bajo nuestra piel. Al menos, si crees en las ilustraciones. A veces no estoy segura. Me cojo la clavícula. Sobresale si levanto los hombros. Lo hago a menudo. La clavícula es un hueso robusto pero delgado. Podría romperlo. Quizá no con mis propias manos, pero si la golpeo con algo pesado, esa escultura de piedra maciza por ejemplo, entonces seguro. No se necesita mucho para hacerse pedazos. No hay más que atragantarse una vez y ya ha pasado. ¿Dónde quedan colgados en la garganta los nudos que no se deshacen? Más allá de las anginas que se me balancean en la parte de atrás de...
Translated from NL to ES by Daniela Martín Hidalgo
Written in NL by Nikki Dekker
More in ES

Unos meses más tarde

12 de agosto —Mohamed, en media hora hablamos por teléfono. ¡Creo que la he encontrado! Salto de la cama, me visto casi sin pensar, lo más rápido que puedo, y salgo pitando del hostal. Rápido. No pasa nada por llegar a casa cinco minutos antes o después. Estoy casi corriendo por la pendiente hacia el puerto, donde el barrio judío de Hardara Carmel y el Wadi Salib, que había sido palestino. Oigo una sierra, que muy seguramente está cortando hierro, y gallos y gallinas. Qué extraño. Olor de granjas en medio de una ciudad que quiere borrar su historia y ser moderna. Como si volviera al año 1948 c...
Translated from SL to ES by Xavier Farré
Written in SL by Andraž Rožman

Y lejanos dedos diez

DEDO PULGAR  Aunque estés en la planta doce, te llega el ruido de la obra. Lavas los platos.  Has salido rodando de la cama, te has puesto unos calzoncillos y, con el  pecho al descubierto y sin calcetines, has empezado a fregar la pila de  platos. Como el agua caliente tarda en salir, has olvidado abrir el grifo de  agua fría, por lo que ahora sale el agua demasiado caliente, y te hace daño  en las manos. Al sacarlas del agua, se ponen rojo chillón.  El fregadero está hasta arriba de platos sucios. En el suelo de la  cocina hay más ollas, bandejas de cristal para el horno y pilas de platos co...
Translated from NL to ES by Irene de la Torre
Written in NL by Joost Oomen

La mortífera

(Disclaimer: La mortífera es una antología de cuentos cortos compuesta de seis ciclos (Una noticia peculiar, Los pájaros no sobrevuelan los suburbios, Esbozos del minibús, La mortífera, Por la boca, Qué bien que nos bombardearais). Cada uno de estos ciclos está compuesto por cinco cuentos cortos. Los cuentos ofrecen un resumen en cuanto a los protagonistas y los acontecimientos con un final abierto, a menudo sin introducción y conectados a través del espacio. En su totalidad, la antología de cuentos La mortífera pretende mostrar una relación humorística e irónica de temas serios de la vida cot...
Translated from SR to ES by Ivana Palibrk
Written in SR by Ana Marija Grbic

Tras la Última Cena

Han sido unos días maravillosos. Morir es así: recuerdas cada minuto. Es como si estuviese recostado, en relieve, sobre el mapa del ahora. Estoy de espaldas para poder sentir el pico de cada montaña, de cada valle, de todas las planicies. La vida no avanza ni retrocede, es sólo el ahora, ahora, ahora. Al cabo de un rato siento un dolor muy intenso, como si fuera un puñal, y me encuentro muy lúcido, como el momento en que el juez me condenó a morir. Morir es así: ocurre varias veces, pero una de ellas es la definitiva. La sensación de final puede durar mucho tiempo. En mi caso empezó con la sen...
Translated from PT to ES by Lara Carrión
Written in PT by José Gardeazabal

La llegada

Las cosas se fueron de madre la mañana de un domingo de agosto, en la que los primeros transeúntes de la plaza Parvis de Notre-Dame, empleados que trabajaban en los bistrós de la zona, avistaron el objeto. Era algo parecido a una bala gigante colocada en el suelo, con la punta mirando hacia la catedral y la base hacia la Prefectura de Policía. A simple vista, el proyectil medía cerca de veinte metros de largo y cinco de diámetro. Los camareros y propietarios se acercaron con curiosidad, lo rodearon, se encogieron de hombros y se marcharon a abrir sus restaurantes. Esto ocurrió sobre las siete....
Translated from RO to ES by Luciana Moisa
Written in RO by Alexandru Potcoavă

Esmeralda

Esmeralda Velas en vez de lámparas. Baldes en vez de bidés. Abortos accidentales, legales y en abundancia. Era la Edad Media, y otro parto casero tenía lugar. Feliz, nació radiante y se trataba de la primera niña con los ojos azules. La primera vez que nacían en la Tierra, por debajo del cielo celeste, oculares tonos de lo que está por encima, y no por debajo. El primer milagro de la estética, los ojos marrones o negros del reino nunca habían visto nada igual. La mujer salió a la calle. Llevaba hortalizas ecológicas en una mano y a la recién nacida en la otra. Quería llegar a la iglesia par...
Translated from PT to ES by Sara De Albornoz Domínguez
Written in PT by Luis Brito